El senador realizó un análisis de la coyuntura política y económica con críticas tanto para un sector del kirchnerismo y como del oficialismo.
por Pablo Sieira
El presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, realizó un análisis de la coyuntura política y económica con críticas tanto para un sector del kirchnerismo y como del oficialismo, mientras que aseguró que Cambiemos es “un partido de poder” que piensa en su continuidad aunque “en este momento privilegia la transformación del país más que su conveniencia electoral”.
Durante una entrevista con la agencia de noticias NA, Pinedo opinó que “no todo el kirchnerismo es igual” pero sí “hay kirchneristas golpistas” y reconoció que también existen “macristas descalificadores” y “extremistas”, aunque “la actitud de la conducción del partido es ser extremistas de centro”.
– ¿Cuál es su balance de la gestión de Cambiemos?
– De 2015 para acá fue una experiencia muy rica de identificar problemas estructurales de la Argentina y buscarles salidas con buena fe de las dos partes, oficialismo y oposición.
Por el lado del Poder Ejecutivo, aceptando miradas de la oposición y por el lado de una parte importante de la oposición votando proyectos que han sido transformadores.
– ¿Y el balance económico?
– Argentina se encaminaba a una de sus crisis recurrentes con hiperinflaciones y explosiones de deuda y no sucedió porque el presidente Macri generó una enorme confianza institucional durante los años 16 y 17. Después se buscó un camino de gradualismo y lamentablemente antes de llegar del otro lado del río nos chocó un tren de frente y después otros trenes más. El primero fue la sequía, el segundo la suba de tasa de Estados Unidos, la crisis de Brasil, la de Turquía, la suba del petróleo, la baja de la soja. Pero estamos logrando estabilizar la economía.
– ¿Todo está vinculado a lo externo? ¿No hubo errores propios?
– Por supuesto que sí. Este año todos estos trenes fueron externos, pero me parece que la agarraron a la Argentina mal pisada y eso fue seguramente, en parte, por su pasado, porque si fuéramos Suiza nadie hubiera hecho una corrida contra el peso, y en parte por nuestro propio exceso de optimismo.
Nuestro Gobierno para generar confianza acentuó el optimismo como si las cosas se fueran a dar necesariamente de la mejor manera posible y quedamos sobre expuestos, especialmente en materia monetaria.
– Si generaron confianza, ¿por qué hubo una corrida contra el peso?
– Porque los factores externos llevaron a que hubiera operadores financieros, yo converso con ellos, que pensaron que la Argentina podría no cumplir con sus obligaciones. A mí me parecía ridículo oír eso, pero era lo que pensaban. Pensaron que la Argentina no iba a tener crédito y que en consecuencia no iba a poder pagar sus deudas.
– ¿Haber recurrido al FMI ayudó a que pensaran eso?
– Hay dos lecturas. El Gobierno pensaba que con el apoyo del FMI iba a disipar esas dudas y algunos dijeron “van al Fondo porque tienen problemas muy serios, entonces sigamos apostando en contra”. Me parece que las gestiones en Estados Unidos van a dejarle claro a todo el mundo que la Argentina paga sus deudas y una vez que quede claro, quienes se escapan de la Argentina van a querer volver.
– ¿Coincide con Elisa Carrió en que en medio de esa situación hubo una actitud “golpista” del kirchnerismo?
– Yo diría que no todo el kichnerismo es igual. Hay sectores kirchneristas apocalípticos que creen que el fin del mundo está a la vuelta de la esquina o que cuando no gobiernan ellos es el fin del mundo; existen los kirchneristas asustados que no quieren ser citados por la Justicia y existen los kirchneristas de buena fe, que creen en algunas banderas de la década pasada.
Diría que los golpistas han sido fundamentalmente los apocalípticos.
– Entonces coincide en que hay golpistas en el kirchnerismo.
– Sí, definitivamente. Los apocalípticos además no son democráticos, creen que si no gobiernan ellos hay que destruir al otro. El populismo se basa un poco en esa idea, dividir a la sociedad entre los buenos y los malos, los buenos son ellos y los malos son todos los demás que no piensan como ellos o no trabajan para ellos.
– Entre esos “tres kirchnerismos” que mencionó, ¿dónde ubica a Cristina Kirchner?
– Cristina es la jefa de los tres. Y no soy psicólogo así que no sé qué parte de su cerebro está con cada uno. Los jefes representan a todos sus comandados, a lo mejor tiene un poco de cada uno.
– ¿Al Gobierno le conviene electoralmente confrontar con Cristina?
– No, el Gobierno está en un momento en el que privilegia la transformación de la Argentina por sobre su conveniencia electoral y esto no es una frase, es una idea que el Presidente manifiesta aún en la intimidad. Igual, para que no crean todos que somos estúpidos en materia política, tenemos una segunda idea que es que si hacemos lo que tenemos que hacer en favor de la Argentina nos van a volver a votar. Eso lo probaremos en octubre.
– ¿Sea quién sea que el que esté en frente?
– Sea quien sea. Nosotros somos un partido de poder y sabemos que para tener poder tenemos que ganarle a cualquiera.
– ¿Un “partido de poder” como el peronismo?
– Absolutamente.
– Dijo que “los populistas dividen buenos y malos”, pero ¿Cambiemos no lo hace también, ubicando al kirchnerismo como “los malos”?
– No. Creo que hay macristas descalificadores, sí. Hay macristas extremistas, pero son una minoría. Se ve en las redes (sociales), pero claramente en la conducción no es así: la conducción ha buscado el consenso. Miren lo que hace Macri con minoría en el Congreso, lo que hace (María Eugenia) Vidal con el massismo en Buenos Aires. Es una actitud de la conducción de nuestro partido ser extremistas de centro, como yo me defino a mí mismo.
– Sin embargo, incluso el peronismo “responsable” los acusa de tener un “esquema de destrucción” del peronismo.
– Bueno, hay un sector de Cambiemos que es antiperonista, pero una parte muy importante de Cambiemos no lo somos.
Valoramos los aportes positivos que hizo el peronismo a la Argentina y somos conscientes de que todos los sectores han hecho aportes positivos y negativos, no creemos que la responsabilidad es de uno solo.
– ¿Se va a mantener la “responsabilidad” que le atribuye al peronismo con el Presupuesto 2019 o se complica la relación?
– El bloque peronista representa como dijeron ellos muchas veces al poder real del peronismo, que son los gobernadores y la CGT. Tanto los gobernadores, como la CGT, como sus legisladores han tenido una actitud constructiva para la Argentina y se está ratificando ahora con el acuerdo político por el Presupuesto.
– ¿Es un acuerdo político o económico?
– Es un acuerdo no solo político, no solamente para que haya un Presupuesto que no tenga déficit, que sería revolucionario para la Argentina donde hubo 65 año sobre 70 años con déficit, sino que además le estaríamos dando más facultades a las provincias.
– Llevar el déficit a cero implica hacer recortes. ¿No temen que eso agrave más la situación social?
– No, el criterio del Gobierno es fortalecer el gasto social a pesar de que es el más alto de la historia argentina. Medidas que se han anunciado como el refuerzo de la Asignación Universal por Hijo, de los planes sociales, de la cantidad de productos que tienen precios cuidados, de créditos a los jubilados y políticas de contención social.
– ¿Va a buscar su reelección como senador el año que viene?
– No lo sé. Obviamente lo voy a consultar con el Presidente.
Acá estoy cumpliendo una función, además de senador soy presidente provisional del Senado, trato de lograr acuerdos, ese es mi trabajo para la Argentina y para el Gobierno.
– ¿Pero le gustaría seguir con ese trabajo o cumplir con otra función?
– Me gusta la función que cumplo, hace mucho que la cumplo.
Cuando termine mi mandato voy a llevar 16 años de legislador nacional, son bastantes. Por un lado he conocido bastante bien el trabajo y por otro lado no creo que sea lo único que pueda hacer en mi vida.